Santidad

El carisma no significaba santidad y ella lo sabía. Detestaba el halo de virtud que la gente solía colgarle siendo que ella conocía la verdad. Gastaba mucho tiempo y aliento en tratar de no mentir, en dejar claro el asunto ante quien tuviera al frente para no sentirse una impostora. Porque el carisma no implica santidad. Y eso la gente no lo entiende.